Hay dos cosas en este mundo de las que estoy segura:
Que harry Potter morirá en el séptimo libro y de que todos los matemáticos están locos.
La primera podrá ser refutada el día que compré el séptimo libro (en inglés), y lea antes que nada la última página (tradición que conservo desde pequeñita y que me ha jodido la emoción de película, libros etc etc). Pero de la segunda estoy segurísima desde el día en que mi profesor de mates del bachillerato me tachó un ejercicio immmmmpecable (se trataba de un problema sobre los diferentes precios de los ingredientes de una pizza que yo resolví por Kramer, teorema en el que soi un crack ya que no tengo ni pajolera idea de hacer Gauss) alegando en que había escrito B y no B* en la matriz independiente, con lo cual según él había profanado las leyes matemáticas de la notación.
Así que desde ese día (en el que mi mediana de matemáticas bajó y no ha vuelto a levantar cabeza) me cuido mucho de no poner letras que no pertocan en exámenes de mates hechos por profesoras integrantes de la secta matemática (en la que confundir un Logaritmo con un Logaritmo neperiano es considerado pecado mortal y el integrante es expulsado para ser exiliado en el sosaina mundo de las letras. Cosa por otra parte comprensible, porque yo, como amante de la Contabilidad que soy, si veo como alguien profana las leyes contables poniendo una cuenta de activo en el haber siendo el saldo deudor lo degüello allí mismo sin tener en cuenta que quizás el pobre chico ha tenido un profesor pésimo, o que es su primer asentamiento contable).
Nunca he destacado por mi constancia (bueno, no es que no destaque porque alguien me supere, es que directamente no tengo de eso) y digamos que hasta día de ayer los estudios me los saqué por la técnica Just in time de aprovisionamiento de conceptos, que se basaba en estudiar el día antes del examen(o la misma mañana si la vagancia podía conmigo a la tarde anterior)todo el temario. Esa tradición la rompí en un trimestral de catalán en la que empecé a estudiar dos días antes (y me sorprendí a mi misma i todo) y de ese limite de tiempo (two days ago) no he salido, ni tan solo para la selectividad.
Claro que entonces sales del feliz bachillerato, donde el profesor te ponía un 9 de global aunque hubieras sacado todo siete en los exámenes porque te consideraba una chica muy espabilada y atenta y entras en la Universidad, donde ni tu te sabes los nombres de los profesores, ya que cuando empiezas a conocer a uno te lo cambian (cosas de tener asignaturas semestrales).
Y te habían dicho que la universidad es fiesta, juerga, ir al bar, estirarte en la hierba...siempre y cuando quieras suspender of course (o ser del colectivo J&B i abrir un libro solo la semana de exámenes, con riesgo de sufrir horas de sueño y sobre dosis de café).
Así que como parece que mi sistema neuronal aun no ha cambiado el xip Batxillerato-feliz por el de Universidad-aquisiquetrabajas, intenté presentarme al examen de mates con sólo un día de estudio (dia arduo hasta las 4 de la madrugada. Nunca sospeché que los programas de las teles a esa hora fueran de una calidad que emmmm supera cualquier adjetivo).
Así que el martes pasado, con sólo tres horas de sueño en el cuerpo y con mis neuronas pidiendo clemencia, me fui al patíbulo.
Al llegar me di cuenta de mi graaaaaan error, al comprobar que de las tres chicas con las que voi mas ninguna de ellas se presentaba (y eso que estudian-trabajan mas que yo). Así que nada, el señor Saperas (Director de la secta anteriormente anunciada) entregó el examen.
Yo lo miré, me maldecí por ser inconstante/vaga y un laaaargo etc etc etc, aguante media hora (por que soy mujer de fe yo, que hasta tengo esperanza de que mi padre me llegue a pagar el carnet de coche) y me fuí.
La famosa frase del Cesar tendría que tener una variante universitaria.
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2 comentarios:
No sé qué tal te iría con lo del Kramer contra Kramer, pero desde luego están locos si van haciendo teoremas para saber el precio de los ingredientes de una pizza...
jajajaja hombre hay cada teorema matemático que ni ellos mismos saben resolverlos...
Es una ciencia entretenida como ninguna otra.
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